La silla de montar es un elemento que une al jinete a lomo de su caballo, con la finalidad de hacer más cómodo el trote, así como para cuidar el dorso del animal. Este aditamento fue traído por los españoles a territorio americano, durante la conquista. Existen diferentes tipos de sillas o monturas, con características que se adecuan al tipo de actividad, la doma del caballo y los materiales disponibles de la región.
En México, la montura de faena ha servido para realizar los trabajos en el campo, que incluyen desde la formación de caballos para las tareas campiranas, hasta controlar el ganado y arrearlo por largas travesías desde los pastizales hasta las fuentes de agua.
Este tipo de montura tiene la característica de ser amplia y, aunque es pesada en comparación con otras cabalgaduras, distribuye el peso del jinete sobre el animal. Se compone, básicamente, de tres elementos: fuste, cueraje y herraje. El primero es el armazón de madera sobre la que se colocan todas las piezas de cuero que la conforman; el cueraje incluye las reatas y cinchos que aseguran la silla al caballo y el herraje comprende todas las piezas de hierro, como estribos, argollas, amarres, chapetones y botones.
Otro elemento distintivo, aunque no determinante son las cantinas, esas grandes bolsas que van ajustadas a la parte trasera del fuste y cuelgan por los lados. Sirven para guardar los implementos del jinete y dependiendo de su forma se les nombra: cuadradas, de gota o redondas.
Las partes de la montura de faena tienen cambios e innovaciones de acuerdo a las necesidades del jinete, ya sea para hacer más cómodo el trabajo en el campo o bien para practicar la charrería.
Artes populares que distinguen a Nuevo León.*
Entre las variadas artes populares del estado de Nuevo León, la talabartería tiene una historia que se remonta pocos años después de la fundación del Nuevo Reino de León, donde las extensas tierras hicieron propicia la introducción de la ganadería por parte de los españoles. El desarrollo de esta actividad encontró en las manos de criollos, mestizos e indígenas el aprovechamiento de los materiales que esta proveía. La piel de ganado se usó para las monturas de caballos y en otros objetos de uso cotidiano.
El trabajo de talabartería también se extiende a la elaboración de petaquillas, chaparreras, polainas, cintos y hasta piezas especiales como sillones grabados y asientos para sillas.
Entre los maestros talabarteros que destacan en el estado de Nuevo León se encuentran Ismael Barrón Bolaños, Juan Esparza Gaytán y Germán Escobedo Loera.
*Fuente: Webster, A. C., Gómez, V. R., de Calderón, C. F., & Fomento Cultural Banamex. (2019). Grandes maestros del arte popular mexicano. Fomento Cultural Banamex, A.C.