Introducción
El libro Reglamento para el servicio y ceremonial de la corte fue escrito en 1864 por el emperador Maximiliano de Habsburgo, durante las semanas que duró su viaje de Europa a México para tomar posesión del cargo. Esta obra es un compendio de normas y estamentos para educar a la sociedad mexicana, que no estaba acostumbrada a las prácticas protocolarias de una corte.
El régimen monárquico de Maximiliano (1864-1867) trató de implantar un sistema de gobierno que replicara el modelo vigente en la mayoría de los países que se consideraban “civilizados”. La vida cortesana y el ceremonial público formaban parte íntegra de ese arquetipo político, tanto en las monarquías tradicionales, como en los imperios recién creados, por ejemplo, el de Napoleón III en Francia y el de Otto von Bismarck en Alemania.
Con la instauración del imperio mexicano se hizo a un lado la sobriedad del gobierno republicano de Benito Juárez -quien seguía siendo el presidente legítimo-, trayendo consigo un ceremonial elaborado y deslumbrante. A través de este reglamento, Maximiliano trataría de infundir dignidad y decoro a su administración.
El primer bosquejo del libro constaba de 574 páginas de texto, más diez de diseños. Especificaba 221 precedencias -o jerarquías- dentro de la corte que incluían, además de los 44 cargos del personal activo de la corte, un número determinado de cargos honoríficos como chambelanes, damas de palacio, caballerizos honorarios, capellanes, médicos asesores y ayudantes de mar y de campo.
El reglamento fue impreso en 1865 en la imprenta de J. M. Lara y contó con 328 páginas más 36 fojas que incluyen veintidós diseños para los diferentes eventos y ceremonias donde fueran partícipes los emperadores. Está dividido en tres partes: Servicio de la corte que incluye el servicio para la emperatriz y el reglamento para el servicio de los sitios imperiales; Ceremonial de la corte y De los castillos de ultramar.
La aristocracia mexicana, heredera de la tradición monárquica del primer imperio, recibió con entusiasmo todos los requerimientos de la vida cortesana impuesta por los emperadores y cumplieron con todo rigor las exigencias contenidas en este libro. Maximiliano, apuntó sobre él: “Nuestro reglamento de corte, un grueso libro impreso, un trabajo inmenso, está también terminado. Me puedo envanecer de haber logrado, sin duda, lo más perfecto que hasta ahora había sido hecho en esta clase.”
El ejemplar que forma parte del acervo del Museo de Historia Mexicana contiene una dedicatoria a Juan Nepomuceno Almonte, mariscal de la corte y ministro de la Casa Imperial, firmada por Maximiliano, y a su vez un exhorto de Almonte para los depositarios de estas reglas.