Estos fantásticos platos son perfectos para llevar el postre a la mesa, su tono gris casi blanco resalta delicadamente los colores de la comida. Las piezas de la vajilla Ch’ail tienen el inconfundible acabado blanco de Amatenango del Valle, donde Mari, Esperanza y su familia trabajan afanosamente para desarrollar nuevas formas y procesos, manteniendo viva la tradición alfarera de su comunidad.