El estilo olmeca reúne una gran variedad de objetos, que abarcan desde gigantescos monumentos realizados en basalto hasta pequeñas figuras de jade y cerámica.
Entre las esculturas olmecas llama la atención la constante presencia del jaguar. Su iconografía felina se caracteriza por la representación recurrente de una criatura singular, que combina rasgos tanto felinos como humanos. Se trata de figuras que usualmente presentan una deformación craneal tabular erecta y rasgos faciales que aluden al jaguar: ojos almendrados, nariz chata y las comisuras de los labios generalmente hacia abajo. Dadas las proporciones corporales de algunas esculturas de este tipo se considera que corresponden a infantes.
Nicholas J. Saunders, arqueólogo y antropólogo, asevera que estas “criaturas imposibles” han sido bautizadas como hombres-jaguar y, para algunos estudiosos, son seres sobrenaturales producto de la unión de los gobernantes olmecas y seres jaguares míticos.
Ciertas esculturas y estatuillas de menor tamaño, se han interpretado como representaciones de chamanes que se convierten en nahuales felinos, capturados en un estado intermedio entre lo felino y lo humano. También es posible que estas representaciones simplemente retraten chamanes o sacerdotes utilizando máscaras y adoptando posturas felinas en la ejecución de rituales.
La conexión simbólica entre los jaguares y los líderes y deidades de la sociedad olmeca marcó el inicio de una tradición arraigada en México. Esta tradición encuentra sus raíces en antiguas concepciones derivadas de las creencias chamánicas de las comunidades cazadoras-recolectoras, donde humanos y animales compartían una esencia espiritual y tenían la capacidad de alterar su apariencia a voluntad.
Aunque no podría percibirse como un mundo mágico de transformaciones y brujería desde la perspectiva moderna, para las civilizaciones antiguas era una parte intrínseca de su forma de vida. En este contexto, lo destacable es que los olmecas fueron los pioneros al plasmar esas ideas en imágenes talladas en piedra, piezas de jade, cerámica y pinturas en cuevas.
Fuentes:
Nicholas J. Saunders, “El icono felino en México fauces, garras y uñas”, Arqueología Mexicana núm. 72, pp. 20-27.
Coe, Michael D., “Los olmecas”, Museo de Antropología de Xalapa, Gobierno del Estado de Veracruz, 1992, pp. 33-75