Introducción
La Orden de Frailes Menores, cuyos miembros son conocidos como franciscanos, es una congregación religiosa mendicante católica fundada por Francisco de Asís en 1209. Este óleo titulado “Árbol de la vida y regla de los frailes menores”, de acuerdo a lo que se lee en el texto en latín de la cartela superior, es un lienzo emblemático que describe el linaje espiritual de los franciscanos.
En la barda del perímetro del jardín místico está plasmada, también en latín, una de las muchas frases que resumen la regla de la orden: “Si alguien quiere recibir esto en vida, que sea fiel y católico, no ligado a esposa; por el provincial admitido, examinado y aprobado”. Al centro del cuadro se encuentra San Francisco de Asís que sostiene un árbol de cuyas ramas brotan las hojas y los frutos de la vid y azucenas. Cada elemento es una alegoría: la vid es la fe y representa a Cristo; la azucena es la pureza y se asocia con la Virgen María.
De pie, junto al santo, vemos a la Inmaculada Concepción, que se toca un seno y un chorro de su leche riega la base del árbol. También se localizan a su lado cuatro santos relevantes dentro de la orden de los franciscanos que son, de izquierda a derecha: Luis Obispo de Tolouse: Buenaventura, doctor de la Iglesia; Antonio de Padua, santo del amor de los pobres y Bernardino de Siena, impulsor de la reforma franciscana. En el extremo más alto del tronco central se encuentra Cristo crucificado.
Este árbol genealógico, fue concebido para otorgar un sentido de identidad dinástica, relativa a la fe y las doctrinas heredadas de numerosos santos, además de instruir sobre el reglamento de la orden a sus miembros y aquellos que aspiren a pertenecer a la orden. Es probable que la pintura proceda de un convento; el paisaje, color, estilo alegórico y elaborado concepto son característicos del arte sacro novohispano del siglo XVIII.
En este lienzo de la historia franciscana no se incorporan las figuras de los primeros misioneros que arribaron a la Nueva España, pese a que desde que éstos llegaron en 1524, hubo notables seguidores de los principios de apostolado de esta rama franciscana.