Este óleo, realizado por el soldado y artista norteamericano Conrad Wise Chapman en 1865, es una de las pocas pinturas de alto valor artístico e histórico que hablan del Monterrey del siglo XIX. Respecto a esta obra, el Dr. Ben Bassham, Profesor Emérito de Historia del Arte y experto en la vida y obra del pintor, opina:
“Mientras investigaba la vida y obra de Chapman iniciando en los años 70, tuve la oportunidad de estudiar sus pinturas cuando estaban en la colección del Museo Valentine en Richmond, Virginia. Mi trabajo condujo a varios artículos académicos sobre el artista y culminaron con la publicación en 1996 de mi libro, Conrad Wise Chapman, artista y soldado de la confederación, por la Prensa de la Universidad Kent State.
Como la pintura fue adquirida por Granville Valentine directamente del hermano del artista John Linton Chapman, y era parte de la colección del Museo Valentine por más de un siglo hasta que recientemente fue retirada de la colección, tiene una procedencia valiosa.
Es un ejemplo particularmente sorprendente del juvenil pero ya magistral estilo del artista. En especial las pinceladas son soberbias, característica distintiva del trabajo.
Chapman tuvo un amorío de toda la vida con México. Ingresó al país junto a un gran contingente de veteranos confederados al concluir la Guerra Civil, y su travesía hacia el sur a la Ciudad de México incluyó una parada en Monterrey, donde realizó su pintura. Su formato de gran amplitud horizontal le brindó la oportunidad de incluir muchos detalles pequeños que permanecerían como características de casi todos sus paisajes mexicanos en años posteriores: flora local, carretones y animales de tiro, campesinos tanto trabajando en los campos como en el camino, la arquitectura regional característica, y las montañas en el fondo.
Esta y otras pinturas de 1865 son evidencia de que Chapman fue uno de los primeros artistas norteamericanos en representar el paisaje mexicano. Aunque él regresaría a México para pasar gran parte de su madurez y continuaría produciendo un importante número de pequeños paisajes, principalmente del Valle de México, estos esfuerzos futuros se basarían en bosquejos previos y memorias y carecen de la reacción inmediata, fresca y especial al tema que sí se reflejan en esta pintura.
Esta pintura es un digno ejemplo del singular trabajo de este pintor, que además conlleva una especial importancia histórica.”