María encarna a una mujer bravía, apodada “La Cucaracha” que anda entre los revolucionarios y se integra a las tropas del coronel villista Antonio Zeta (Emilio Fernández) volviéndose su mujer. La Revolución propicia el reencuentro con su antiguo amante, el coronel carrancista Valentín Razo (Pedro Armendáriz). Ambos se disputarán a La Cucaracha, pero Razo pierde la vida. Con el tiempo, el coronel Zeta corteja a la recatada Isabel (Dolores del Río), viuda de un profesor, lo que provoca una gran rivalidad entre las dos. Finalmente, la recompensa llega a la vida de La Cucaracha con el nacimiento de un hijo del coronel Zeta, aunque él ya no viva para entonces.
Para este personaje María tuvo que aprender a hablar sin remilgos e integrar un vocabulario popular, frontal y espeso del que ya difícilmente se desprendió. El triunfo a la censura le valió al filme el reconocimiento por parte de la Asociación de Críticos Cinematográficos de Argentina en 1960 con el trofeo a la producción mejor hablada en castellano. Por otra parte, María rechazó realizar un desnudo frontal requerido por el guion, ya que ella lo consideró injustificado. En vez de ello, optó por mostrar su espalda de manera erótica como sucedió en Los héroes están cansados.