Maximiliano y Carlota fueron los primeros gobernantes de México que difundieron su imagen gracias a la fotografía. En 1863, un año antes de que la pareja desembarcara en el puerto de Veracruz, la figura de la pareja imperial ya había capturado el imaginario de sus futuros súbditos, debido a la gran cantidad de ilustraciones y fotografías que se difundieron en publicaciones de la época como periódicos y hojas sueltas, así como en cartes de visite o tarjetas de visita.

Aunque antes de 1863 ya circulaban efigies similares de algunas figuras mexicanas, las características eran distintas y, sobre todo, de intención y alcance muy limitados.

“Fue en este momento cuando la fotografía comenzó a ser utilizada como instrumento político e ideológico de gran impacto en amplios sectores sociales. A este respecto, baste señalar que durante el Segundo Imperio se inicia la explotación de la fotografía como medio de propaganda y de información visual, hasta entonces desconocido”.*

*Aguilar Ochoa, A. (2016). La fotografía durante el Imperio de Maximiliano. UNAM. IIE. México. p. 16

Entre los primeros retratos oficiales se encuentran los realizados en 1864 por el fotógrafo húngaro Giuseppe Malovich en su estudio en Trieste, Italia. Maximiliano aparece con su uniforme de marino austríaco y Carlota viste traje de gala, portando joyas y una diadema de flores, ajuares propios de su investidura. De estas fotografías se desprenden los retratos que aparecen en el prendedor; las imágenes también sirvieron para realizar otras composiciones fotográficas posteriores, por ejemplo, la emperatriz junto a las damas de su corte o Maximiliano con sus colaboradores más cercanos.