El escudo del imperio de Agustín de Iturbide se describe en los siguientes términos: en campo de azur agua y cielo, el águila aparece coronada, terciada hacia la derecha, con las alas extendidas y bajas, con la cola baja y junta, y erguida con la pata izquierda sobre un nopal que nace en una roca, que a su vez emerge de las aguas. la imagen está rematada por una corona con penacho de plumas –como en las alegorías de la patria de la época virreinal– y del fondo surgen otras insignias indígenas y católicas; en los flancos lleva ramas de olivo y laurel y lo circunda, de la parte media hacia abajo, el gran collar con la insignia de la Orden de Guadalupe, fundada por el mismo Iturbide.
En el óleo que obra en esta colección y que forma un par con el escudo del segundo Imperio, se ha elaborado un marco para darle mayor grandeza y teatralidad. Todo el conjunto está rodeado por un gran telón de terciopelo carmesí y armiño, a la manera de un dosel real, sostenido por una gran corona. En una banda tricolor que atraviesa la pintura a manera de cartela se lee: «Religión, Independencia y Unión», las tres garantías que permitieron la consumación de la guerra de Independencia.