Este hermoso bordado parece haber sido elaborado como ornamento de una mesa o gabinete. El hecho de que el escudo nacional aún no había sido instituido se observa en el bordado circundante de flores de oro sobre colores brillantes, así como en el diseño del águila y particularmente en el arbusto sobre el que ésta se posa. Es evidente que quien lo bordó no conocía la planta, lo que permite pensar en una factura ultramarina, tal vez asiática.