Gobernó la Nueva España de 1771 a 1779, con arduo trabajo y honradez, de tal manera que se ganó tanto la confianza del monarca Carlos III, como la del pueblo. Retrasó la aplicación de las llamadas reformas borbónicas, previendo que traerían el descontento de la población; realizó obras de urbanización; fue un hábil administrador y mejoró el sistema monetario, la seguridad y los servicios públicos. Bucareli conservó su buen nombre incluso después de la Independencia.