Introducción
La genealogía del color de Emilia Azcárate, surge de la investigación y observación sobre el género de pintura de castas, donde la artista plástica tomó como base estas pinturas y las codificó mediante un campo de colores y un alfabeto concebido por ella misma, para significar la arbitraria etiquetación a la que fueron sometidos los sujetos coloniales.
La genealogía se define como el conjunto de los antepasados de una persona, así como el origen o precedente de algo. Para identificar a los tres grupos de ‘razas’ representados en las castas, Emilia asignó los tres colores primarios: rojo para los españoles, amarillo para los indígenas y azul para los africanos, de tal manera que cada categoría mostrada en las pinturas adquiere una tonalidad característica a partir de la mezcla proporcional de estos colores. Que estas mezclas sean tan evidentemente artificiales nos recuerda que también lo son las ‘castas’.
La pintura de castas, el contexto de las obras de Azcárate
Durante el siglo XVIII surgió en los virreinatos de la Nueva España y el Perú, un género pictórico conocido como pintura de castas, el cual representaba el proceso de mestizaje entre tres ‘razas’ principales: indígenas o indios, españoles y africanos, así como el resultado sucesivo de las múltiples mezclas entre ellos.
La premisa del género, reforzada por inscripciones, es que la sucesiva combinación de españoles con indios, daría como resultado una ‘raza’ de españoles ‘puros y blancos’, mientras que el mestizaje de españoles e indios con africanos solo conduciría a la degeneración racial.
Hoy sabemos que el término ‘raza’ obedece a una construcción social determinada bajo conceptos históricos, económicos, políticos y sociales que ha servidos para establecer jerarquías y segmentación entre los humanos.
Basándose en el lenguaje artístico de la abstracción, la repetición y la serialidad, Emilia Azcárate ha transformado las premisas que se suscriben en la pintura de castas, al poner de manifiesto la imposibilidad de reducir la sociedad a unas categorías previamente establecidas. La genealogía, que se define como el conjunto de los antepasados de una persona, así como el origen o precedente de algo, está asentando en las obras coloniales las cuales, considera la artista, son “extremadamente actuales y en el fondo la sociedad y su necesidad de categorizar a la gente, no ha cambiado del todo”.
La creación de las obras
Emilia Azcárate ha creado un sistema para recodificar las pinturas de castas. Por una parte, ha creado un alfabeto cuya inspiración geométrica le permite convertir los textos de los cuadros coloniales en rítmicos conjuntos de líneas. Por la otra, la artista propone la asociación de cada color primario con uno de los tres grupos básicos implicados en el proceso de mestizaje: el amarillo con el amerindio, el cian con el africano y el magenta con el español.
Este sistema le permite diagramar las proporciones que de cada grupo racial hay en una casta determinada y generar gamas cromáticas a partir de la mezcla de los colores primarios según tales proporciones.
Dada su capacidad de construir formas siempre variables y generar gamas de color en extremo complejas, el sistema empleado por la artista rescata la idea de diversidad presente en las obras coloniales, pero toma distancia del orden estricto dentro del cual dicha diversidad fue pensada y representada. De esta forma destaca su intención de promover nuevas lecturas de un proceso histórico cuyas implicaciones se extienden hasta el presente.
La exposición
La muestra está divida en cuatro núcleos. En el primero la artista reflexiona sobre la serialidad que caracteriza a la pintura de castas y crea series como “Cromosomas” que se refieren a la estructura constante del andamiaje genético de todo ser vivo que le hace único.
En el segundo núcleo, reinterpreta la serie de José Joaquín Magón, la cual hace énfasis en la indumentaria, oficios, costumbres y la presunta condición moral de los personajes.
En el tercer núcleo la artista explora la experiencia sensorial del color que Isaac Newton propuso en su teoría en el libro Óptica (1704), poco antes de que en México se iniciara la pintura de castas.
El núcleo final presenta el “sincretismo” del mestizaje racial que conllevó a expresiones culturales marcadas por la diversidad y la hibridez; y su fusión entre la abstracción geométrica.
Emilia Azcárate
La artista venezolana Emilia Azcárate tiene una larga trayectoria en donde destacan sus exhibiciones individuales en las galerías Henrique Faria, Nueva York; Livia Benavides, Lima, Miami Biennale, Miami; Galería distrito 4, Madrid, Casa de América, Madrid, Centro Cultural de España, Santo Domingo, entre otras.
Sus obras forman parte de colecciones internacionales como SPACE, Los Ángeles; Patricia Phelps de Cisneros, Nueva York, Museo Alejandro Otero, Caracas, Colección Berezdivin, Puerto Rico. Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, por citar algunas.